A menudo tengo estas complicaciones propias de una vida poco convencional,que yo considero muy normal,pero que otros siempre quieren marcar como fuera de lo habitual.Y es que me pregunto: ¿Por tener 37 años debería dejar ya de ser lo que soy y he sido siempre? Pues me digo que no, y me rebelo contra la opción de tener que entrar en un saco determinado.
La cosa es que me gusta vagar y no creo que pararé de hacerlo nunca, perder a veces el tiempo sin razón escuchando quince veces un tema que me guste,leer por quinceaba vez mi libro favorito,ver por vigésima vez aquella película entrañable y llamar otras tres veces a casa de mis padres sólo por escuchar el sonido de sus voces.
Claro que me gusta el rock, y lo sigo, lo escucho, busco nuevas bandas y bailo desenfrenada cada vez que puedo y queremos-con mis hijos es un rito- hasta quedar sin aliento.
Los fines de semana o vacaciones no me peino, ando con la cabellera al viento,con trencillas o toda enredada, pues sí, porque me gusta .
Si el bolsillo da la pasada ir a un concierto a sudar y a saltar para perder algunos kilitos que no está mal, y gritar y quedar sin voz cantando.
Estar toda una tarde en la internet vagando,conversando con amigas y amigos del mundo , de todo y de nada, bajando música o videos y tonteando.
Tirarme al suelo cuando hace demasiado calor y refrescarme la espalda,andar descalza aún cuando hayan dos grados afuera...
No sé.A veces está todo patas pa'rriba, claro, porque a veces NO QUIERO TENER TODO ORDENADITO Y LIMPIO, y qué.
¿Seré tan rara entonces, a mis años?
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