miércoles, 14 de octubre de 2009

Cuando miras la hora

Mi cuñado se casa.Así de simple pero nunca tanto.
Es el menor de los hermanos y llevaba ya bastante rato conversando el hecho hasta hoy, que sacó hora y lo anunciaron.Estamos felices y no estamos felices.
Estoy feliz por él y por su mujer,porque dan un paso hacia una ruta que muchas personas optan ya por no recorrer, porque está de moda el desvío, el "veamos cómo estamos viviendo juntos primero".Él se la juega y es bonito, habla de sus futuros hijos y a todas luces se nota que será un padre fabuloso, como lo son los papás en esta familia.
No estoy feliz porque es el pequeño, la guagua ,el conchito y algo de tristeza se viene encima al ver que ya pasó tanto rato, que creció y comienza su propia familia. No tiene nada que ver su edad, que esté viviendo solo y manteniéndose hace un par de años.Es una cuestión emocional, una mirada al calendario que es implacable con todos, en las buenas y en las malas.
Recordé al abrazarlo cuando le anunciamos que nos casábamos, su hermano y yo.Corrió a llorar a su dormitorio, pensó que se quedaba solo, que todo cambiaba, qué sé yo.Y hoy ese niño creció, se enamoró y comenzará su familia.
Honestamente, tengo ganas de llorar( de hecho,ya estoy llorando).¿Es que hay algo más lindo que ver a tu hermano chico casarse enamorado?

lunes, 7 de septiembre de 2009

Tengo que te tengo

Me preguntaron "¿Tú quieres al Andy?" .
Así, al lado de él y frente a la pregunta, no creo que hayan pasado más de tres segundos pero llegué a pensar como el equivalente a tres días.
¿Lo quiero?
La palabra querer me parece no atribuíble a un hombre que ha sido mi compañero por 14 años.Es mezquina,chica, demasiado insignificante.Imagina que  dices miles de veces esa palabra en un día para indicar tantas cosas vanas y superficiales:"quiero algo de comer", "quiero salir", "quiero ese vestido" .No podría jamás usarla para referirme a ese cuerpo que me abriga de noche, a esa mirada que alienta mis días, a esa boca que me sonríe con cariño aún en mis momentos más oscuros.
Querer tiene para mi una connotación posesiva y egoísta que sirve para cosas, pero no para personas.
"No".Esa fue mi respuesta: "No lo quiero".
Entonces vino la otra pregunta tendenciosa "¿Y cómo estás con él?"
La respuesta me sorprendió porque no la procesé, sólo vino subiendo por mi garganta sin aviso y se lanzó hacia afuera casi como una confesión: "Lo que pasa es que lo amo."
Finalmente ,casi sin entender, me rematan con ese "Pero ,podrías vivir sin él perfectamente".
Y sí,digo yo.Podría.
Pero no quiero.