sábado, 28 de mayo de 2011

Grande Pá...

Pocas personas pueden decir como yo,con tanto convencimiento y propiedad, que tienen un padre poco convencional. Contadas veces en la vida he conocido una persona más especial y notable que mi padre y siento que, de alguna manera, debo regalarle una mirada detenida justo en el momento que está viviendo.
Sucede que muchas veces,cuando los hijos ya están crecidos y los años han pasado, les da a los padres por pensar en aquello que no hicieron, en lo que dejaron de hacer y en lo que pudieron hacer mejor. Nada más injusto en una labor que es tan titánica como impredecible, que trae en cada día nuevos problemas y desafíos por enfrentar. Los hijos no vienen al mundo junto a un manual que nos indique qué hacer en caso de...;los hijos nacen y no siempre cuando la persona ha llegado a un equilibrio o plenitud vital que le permita discernir adecuadamente los quehaceres propios de la crianza. Aún el personaje más preparado y amante de la maternidad y paternidad dirá que hubo momentos desesperados en que recordó el comercial de condones en que un niño estaba en el furor de una pataleta con total empatía y nostalgia..."En qué estuve!!!". Por eso siento que mi padre a veces es demasiado severo en su juicio sobre sus propias habilidades y fortalezas en nuestra crianza.
Se hizo al oficio de progenitor apenas empinado en sus diecisiete años y, para cuando tenía 20, ya eran dos sus hijas. Puso en primer lugar sus obligaciones como jefe de familia aún cuando pudo haber continuado,como muchos otros, un camino personalista en el que sus propios intereses y motivaciones pesaran más que estas nuevas vidas que pasaban a depender de él. ¿Cuántos jóvenes son capaces de hacer eso hoy en día? Muy pocos, porque nuestra sociedad está educando en el "yo" y no en el "nosotros" desde hace mucho tiempo.
¿Que hubo momentos de inmadurez? Los hubo, cómo poder negarlo considerando la edad y las situaciones de vida que le tocó enfrentar,pero supo en el tiempo ser, al mismo tiempo que padre y esposo, un hijo y un hermano dedicado y generoso. Quizás no hubo un orden muy lógico en sus prioridades, pero quiso darle a todos un lugar especial en su vida y bien vale la pena equivocarse a veces en ese intento.Hay quienes, una vez casados, dejan de lado a padres y hermanos para hacer su propio mundo aparte, pero mi padre no, él era feliz y pleno con todos a su lado y nadie podría condenarlo por eso.
Con él nunca hubo que dar explicaciones, no hubo controles exagerados, no hubo que pedir permiso para hacer lo que uno quería hacer. Siempre se mantuvo activo,vivaz, al día del mundo y promoviendo en sus hijos una cultura lo más amplia y nutrida posible: nos compraba libros, nos hablaba en inglés y recorrió montones de veces la ciudad buscando satisfacer los pedidos del Viejito Pascuero al pie de la letra.
Tiene su lado loco y espontáneo: prefiere la buena película picarona a las  de violencia física, es el alma de una fiesta con sus bailes frenéticos,puede batir records de partidos de futbol vistos en un fin de semana y nadie le gana en la pasión que  pone al cantar aunque no de una nota correcta.Es la persona más genial para conversar y reir al calor de una copa de vino y siempre te hace sentir que el tiempo que pasas con él fue especial e irrepetible. Es un tipo que ha dedicado su tiempo y sabiduría para criar también otros hijos,que lo ven con el mismo cariño y admiración que los propios.
En resumen, ha sido una buena cosecha la tuya , basada en el respeto hacia tus hijos,en una gran consideración por el hecho de que somos personas,con deberes y derechos, y con el propósito de nunca pasar por encima de nosotros sino que estimular la libertad  de acción y pensamiento.
Ahora que estamos crecidos y que llevas un buen camino luciéndote como el abuelo genial de mis hijos,no puedo dejar pasar el tiempo para decir esto y para recordarte que eres una persona fundamental en muchas vidas y que atesoro y conservo como la herencia más importante del mundo cada segundo que puedo vivir a tu lado.
Te amo infinitamente...
Grande Pá!!!