miércoles, 7 de agosto de 2013

Promesa

En ese atardecer
con el alma desbondándose hacia el mar
te prometí

y desde entonces
los sueños aunque pequeños o gigantes
las luces tenues o brillantes
las risas delicadas y las carcajadas rotas
todo lo he dedicado
a esa promesa

y desde entonces
cada vez que los párpados viven
cada vez que las palabras abrazan
cada vez que los besos recorren distancias
cumplo

pero el espíritu enardecido que reconoce hasta tu sombra
y estas manos que han perdido el comienzo y el fin entre las tuyas
y este respiro que se queda en cada aliento tuyo sobre mis ojos quietos
dicen que no es tarea
que no cuesta

porque en ese atardecer
sostuviste mi alma desbordada hacia el mar
cuando prometí amarte

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